Las máquinas de rayos X son dispositivos interesantes que permiten a los doctores ver dentro de nosotros. Utilizan un tipo de luz conocida como rayos X para capturar imágenes de nuestros huesos y órganos. Al observar estas imágenes, podemos encontrar huesos rotos y otros misterios que nuestros ojos no pueden ver.
Sí, las máquinas de rayos X existen desde hace más de 100 años. De hecho, fueron creadas a finales del siglo XIX por un científico llamado Wilhelm Roentgen. Las máquinas de aquel entonces eran enormes, pero hoy en día son mucho más compactas y eficientes.
Cuando necesites una radiografía, te colocarás de pie frente a la máquina o te acostarás en una mesa de examen. El técnico de rayos X apuntará la máquina al área de tu cuerpo que debe ser examinada. Podrías usar un delantal especial para proteger el resto de tu cuerpo de los rayos X. El técnico presionará un botón y la máquina tomará una foto rápida. No duele y tarda solo unos segundos.
Por ejemplo, las máquinas de rayos X ayudan a los médicos a determinar si una persona está enferma o herida. Pueden revelar huesos rotos, problemas en los pulmones e incluso algunas formas de cáncer. A los médicos les resultaría más difícil saber qué le ocurre a sus pacientes sin las máquinas de rayos X.
Hay muchas máquinas de rayos X para diferentes trabajos. Algunas máquinas toman imágenes de los huesos, y otras examinan órganos como el corazón o los pulmones. Algunas máquinas pueden incluso tomar fotos en 3D del interior de nuestro cuerpo para que los doctores tengan una mejor vista de lo que está ocurriendo.